Vaca Muerta en modo turismo: excursiones, vinos, historia y lagos para descubrir a minutos de la capital
La tendencia crece sin estacionalidad. Viajeros buscan naturaleza, sabor y ciencia en un radio de pocos kilómetros alrededor de Neuquén.
Turismo y Negocios
Vaca Muerta ya no solo significa energía. En torno al emblema productivo del país se despliega un nuevo mapa turístico que combina vinos, fósiles, gastronomía, lagos y experiencias naturales. Cada fin de semana, en el corazón de la Norpatagonia, se multiplican los visitantes que eligen Neuquén como punto de partida para escapadas breves pero intensas.
La escena tiene protagonistas. Uno de ellos es Clarisa Vermeulen, creadora de Cautivar Patagonia, una agencia receptiva que desde 2010 diseña itinerarios para viajeros que llegan en busca de una Patagonia distinta: más cercana, más humana y más diversa.
“Nos dedicamos principalmente a la ruta del vino entre Neuquén y Río Negro y a la ruta de los dinosaurios. En la provincia hay más de diez museos paleontológicos y de ciencias naturales”, cuenta Vermeulen.
De los dinosaurios al Malbec: un viaje de contrastes
Los circuitos más demandados unen bodegas del valle del Chañar con los museos de El Chocón y Plaza Huincul, donde descansan los dinosaurios más grandes del mundo.
“A veces combinamos Proyecto Dino con bodegas, ideal para quienes tienen poco tiempo y quieren aprovechar al máximo el día”, explica.
También hay espacio para los sabores artesanales: olivares, chacras con catas guiadas, y una casa de té con vajilla vintage que se volvió postal obligada. Allí, los dulces regionales —de membrillo, manzana y miel de monte— completan una experiencia sensorial que condensa la identidad neuquina.
Ciencia, paisaje y gastronomía
El turismo paleontológico sigue siendo un imán para visitantes de todo el mundo. En los museos del centro provincial, niños y adultos se sorprenden ante esqueletos colosales, mientras los guías convierten la ciencia en relato y la historia en una aventura. “Generalmente lo piden extranjeros que vienen buscando dinosaurios. Es un turismo pedagógico y visual, que genera curiosidad y aprendizaje”, agrega Vermeulen.
Otro polo en expansión está en la zona del Dique Ballester, donde glampings y restaurantes frente a la laguna ofrecen un descanso gourmet con vista al agua. “Se está desarrollando mucho, especialmente para escapadas románticas o de descanso. Es un turismo suave, accesible y con servicios de calidad”, destaca.
Turismo sin pausa
La novedad es que este fenómeno rompió la estacionalidad: Neuquén recibe visitantes durante todo el año. “Las bodegas y los museos siempre están activos; cada fin de semana hay algo distinto”, resume Clarisa. Los lagos Mari Menuco y Los Barreales completan el circuito de verano con propuestas de playa, kayak y relax.
El atractivo combina naturaleza, historia y ciencia, pero también una ventaja práctica: cercanía y conectividad.
“Muchos turistas llegan por los vuelos económicos, otros por curiosidad o porque quieren conocer Vaca Muerta. Los brasileños vienen atraídos por los vinos y por la posibilidad de visitar varias bodegas en pocos días”, relata.
Una nueva identidad turística
La historia de Cautivar Patagonia refleja la evolución del turismo neuquino. Nació como agencia emisiva y se transformó en receptiva después de la pandemia, acompañando el auge del turismo de cercanía.
“La gente busca viajar poco y sentir mucho. A pocos kilómetros de la ciudad hay vino, agua, historia, fósiles y cielos únicos”, resume Vermeulen.
Hoy, la capital neuquina se reinventa con un turismo activo, diverso y sostenible, donde el visitante puede desayunar en la ciudad, almorzar frente al lago y brindar al atardecer en una bodega del valle.
Neuquén, con Vaca Muerta como fondo energético, se consolida también como destino de experiencias.





